
17-4-2010
Liga BBVA, 33ª jornada.
ESP 0 – FCB 0
Se saldó con empate la primera reválida del campeón, que tuvo en el rival ciudadano un enemigo más motivado que nunca, ante la expectativa de aliviar las penas a su referente capitalino. Con tales ingredientes, debía Pep completar una alineación competitiva, intimidante pero, al tiempo, consciente del gran reto a que su equipo ha de enfrentarse el martes. Un error en las semifinales de la Champions no tendría tanto remedio como este tropiezo.
El FCB volvió a buscar un esquema sorpresivo, colocando esta vez a Maxwell en el extremo y dejando a Alves en su lateral. Ni Bojan ni Ibra, sin referencia por tanto, y con un equipo preparado para soportar la presión e intentar salir a la contra. El RCD Espanyol buscó un partido muy parecido al que hubiera deseado el Real hace una semana, y a fe que lo consiguió en el primer periodo, forzando dos oportunidades claras de gol, las dos de Oswaldo, una al inicio (min. 5’) y otra en el 45, cuando el ariete remató en el segundo sobre Valdés que, apoyándose en el palo, tapó el ángulo bajo.
Las contras culés, escasas y poco definidas, no llegaron, y sólo algo de circulación ya pasada la media hora pudo traer resultados positivos para los visitantes. Baste decir que, a salvo del centro chut de Pedro en el 8’, el primer disparo no llegó hasta el 38, a cargo de Maxwell, que soltó un tiro cruzado muy previsible para el arquero.
La presión del equipo local, tanto sobre la salida de pelota como la zona de Xavi, obligó al FCB a tomar precauciones, recurriendo al saque en largo ya en el 30’. El sacrificio de los blanquiazules impedía al campeón echar el ancla en el medio del campo, lo que frustraba el despliegue de sus tradicionales bazas, la posesión y la velocidad.
Demasiado lejos de Kameni y peligrosamente cerca de Valdes no eran raras las contras del Espanyol, siempre conjuradas por Piqué, que sostuvo la defensa sobre sus espaldas. Milito fue tarjeteado al inicio, lo que restó contundencia a su juego, lo que obligó al barcelonés a asumir más y mayores responsabilidades.
La continuación puso encima del tapete un Espanyol a la baja, desfondado y mucho más prudente. Los visitantes comenzaron a engranar, pero sin sacar chispas a la máquina. Pese a ello, bien parecía que las variables iban a ir favoreciendo al más dotado.
Y en eso apareció Undiano. La expulsión de Alves en una jugada más de las que pudieron verse en este partido restó posibilidades a un equipo que ya se había dado una mala noticia a sí mismo. En efecto, justo antes de la salida de Dani, Pep volvía a destrozar su delantera esterilizando uno de sus puntas. Hoy Henry dispuso de 40 minutos (entro en el 57), mientras que Ibra, mucho más dotado, sin duda, sólo tuvo 10. Posiblemente el sueco venía de una lesión, pero el hecho de sacarlo en el 80 da a entender que el cambio de Henry había resultado un fiasco, cosa que cualquiera puede esperar.
Con tantos traumas el FCB se abonó a la heroicidad, olvidándose de que esas cosas no suelen salirle bien. Messi buscó jugadas imposibles cuando tenía enfrente dos hombres y las respectivas ayudas; Xavi intentó el pase al hueco y hasta la llegada, pero sin claridad. Busquets se incrustó en el central para resolver el desaguisado, Puyol ocupó en un mismo partido tres demarcaciones distintas –todas menos las de un inconmensurable Piqué- y el equipo, en general, intentó sobreponerse gracias a su extraordinaria actitud, pero no pudo siquiera ensayar el disparo a puerta.
El RCD Espanyol no quería el partido; se limitaba a esperar y salir con mucha timidez. Las veces que se armó de valor para responder a la contra se encontró sistemáticamente con Piqué y hasta con el improvisado Sergio, que no acusó su encargo en el eje, dando incluso muestras de autoridad en la gestión de la pelota.
El final, el previsible. Un equipo roto físicamente contra otro al que se le habían agotado los argumentos. Si hay que sacar algo positivo de esto es que seguramente ya nadie se atreva a hablar del “villarato”. Pep sigue demostrando su fe inquebrantable en un jugador que, si consigue algo positivo en estos próximos 8 partidos (incluyendo el hipotético) será a causa de la suerte. Más en concreto, de la mala suerte del rival.
Uno por Uno
Valdés: Excelente (9). Sobresaliente cuando se le exigió lo máximo. Fundamental en el rescate del punto.
Alves: Irregular (6). Acabó fuera sin haber hecho aportaciones importantes al equipo. Descansará en liga y estará en plenitud para los dos choques contra el Inter.
Puyol: Imprescindible (7). Pese a la falta de respeto que supone que su jefe le coloque fuera de sitio sin necesidad, cumplió con pundonor y cubrió con solvencia tres puestos de la cobertura.
Milito: Intimidado (6). Una tarjeta en su primera acción fuera de la cueva lo colocó en una situación comprometida y Pep decidió no arriesgar con él.
Piqué: Maravilla (9). Partido perfecto por parte de Gerard; co-responsable con Víctor del punto logrado en Cornellá-El Prat. El mejor.
Touré: Seco (6). Su juego no tuvo la continuidad y la presencia del miércoles, dejó la manija al par Xavi/Busquets.
Xavi: Agotado (6). Su juego era una de las variables que Pochetino deseaba abortar. Hay que reconocer que el míster argentino lo logró.
Busquets: Seguro (8). Bien en la recuperación, sacrificado en la pelea y extraordinario en el central.
Pedro: Cegado (6). Combatió para buscar el pase pero no tuvo suerte ni con los desmarques de apoyo ni con los de ruptura.
Messi: Enrabietado (7). Se le vio impotente en la búsqueda de la jugada imposible. El sistema basado en los dos delanteros le lleva a conducir más, lo que le expone a un mayor riesgo de sufrir juego violento.
Maxwell: Desubicado (6). Cumple, pero no es eficaz cuando le llega la pelota desde atrás. Hoy no había motivos para salir desde el extremo.
Sustituciones
Henry: Inferior (4). Ni desmarque ni regate ni asistencia. Pero está claro que Pep espera de él algo grande.
Keita: Solido (7). Pocas razones para no alinearlo en el equipo titular. Su salida ayudó a cerrar huecos.
Ibrahimovic: Tardío (6). Salió con un hombre expulsado y Henry en el campo. Pudo forzar algún saque de esquina y eso es más de lo que cabría exigirle.
Pep Guardiola: Absurdo (5). Sin razones aparentes, aparte de la credibilidad infinita de que dispone, colocó a Maxwell en una zona para la que no está dotado. Para cualquier jugador, se llame Maxwell o Puyol, una cosa es servir de recurso y otra desempeñarse de salida en un puesto equivocado. Recompuso su extraña defensa eliminando a Touré, que así no acabará nunca de tomar confianza, y haciendo entrar a Henry. Esta decisión merece siempre comentario aparte por resultar absolutamente incomprensible, aún más si se tiene en cuenta la entrada de Ibra a falta de 10 minutos.
Ficha
RCD Espanyol: Kameni; Chica, Vila, Ruiz, Pareja; Baena, Forlín, Callejón (Ben Sahar, min. 84), Luis Garcia, Verdú (Iván Alonso, min. 78); Osvaldo.
FC Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Milito (Keita, min. 57), Piqué; Touré (Henry, min. 57), Xavi, Busquets; Pedro (Ibrahimovic, min. 81), Messi, Maxwell.
Arbitro: Undiano Mallenco (Nav.). TR: Alves. TA: Oswaldo, Luis García, Baena; Milito, Puyol, Keita. Decidió dejar al FCB con diez, pero bien pudo ser al revés. Partido de muchas transiciones y por tanto complicado, pero fue más comprensivo cuando al Espanyol le tocaba forzar el reglamento.
Estadio: Cornellá-El Prat, 40.000 esp.
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