
6-4-2010
UEFA Champions League, Cuartos de final, vuelta.
FCB 4 – ARS 1
Vuelta de los cuartos y nuevo partido para el recuerdo, con un Messi estratosférico, capaz de borrar con tres jugadas de genio todos los errores que podían haberse cometido en Londres, que no fueron pocos.
El FCB esperaba a su rival con una alineación que bien podía considerarse de circunstancias, descordada por el centro, con convalecientes en la línea media y dos chavales de 18 años en el ataque, secundados por un Messi sobre el que descansaría el completo de la responsabilidad. La ausencia de Ibra arrojaba una incógnita importante sobre la eficiencia del argumentario ofensivo blaugrana, ya que allí en el Emirates sólo el sueco fue capaz de batir al milagroso Almunia. Messi disolvió las dudas en diez minutos celestiales.
Cita de alta exigencia para dos jugadores en los que no se ha confiado a lo largo de la temporada, como era el caso de Márquez y Bojan, si bien el último había preparado el choque marcando dos goles al último rival liguero. Enfrente un bloque joven y desafiante, seguro de no tener nada que perder y sí mucho que ganar, como sin duda lo era el tumbar al considerado mejor equipo del mundo y actual campeón de la Champions. La estrategia de Wenger anunciaba intenciones distintas a las manifestadas en Londres, con una formación más aguerrida y presionante, que no descartaba intentar buscar la espalda de los laterales avanzados.
Wenger dio una enorme lección de futbol a Pep, que pasó el primer periodo a merced de su equipo. El Arsenal se dispuso en forma de tupida tela de araña abortando la zona de creación, ahogando la progresión de Xavi y Sergio, y obligando a Márquez a salir de la cueva para armar juego. Este efecto provocaba un descabalgamiento del eje, que se disgregaba en dos escalones, propiciando un desarreglo deliberado que Bendtner y Rosicky planeaban aprovechar.
Por supuesto que a este ardid se le añadía el temido desmarque de ruptura del mediático Walcott, al que unos cuantos minutos de euforia y desconcentración en la ida –alentada por Pep y sus absurdos cambios - había hecho presentarse en Barcelona como el mejor atacante derecho sobre la faz de la tierra.
Sin embargo, los primeros golpes fueron del FCB. Mejor sería decir de Messi, que probó los guantes de Almunia ya en el 3’ con un disparo desde el pico izquierdo de la grande. La jugada fue un espejismo, ya que a partir de ese momento la contienda fue declarándose en el medio campo, con un Stark timorato, empeñado en el arbitraje UEFA de toda la vida lo cual suele conducir a algunas entradas subiditas de tono, a las que acabó apuntándose el propio Milito. La primera tarjeta causada por una entrada la sacó en el 44’, cuando el marcador señalaba el 3-1, ya que la anterior a Denilson fue por protestar –con razón- una falta mal cobrada.
En pleno atasco de fútbol con el centro embotado y las bandas cerradas, el Arsenal aprovechó una pelota distraída entre Milito y Márquez y se fue con todo. Walcott condujo y habilitó a Bendtner, éste se encontró con Alves y no pudo precisar su remate. Víctor rechazó, pero la pelota quedó muerta ante la puntera del danés, que pudo anticiparse a sus rivales. El cero uno debió colocar a Pep ante sus excesos del miércoles pasado; pero la cosa no pasó a mayores, ya que en este equipo juega el mejor jugador del mundo.
En efecto. Si Bendtner había helado la grada en el 17’, Messi retomó el resultado en el 20’. Cazó una pelota en tres cuartos, intentó una asistencia, la pelota salió rechazada sobre sus botas y esta vez, ya con peores intenciones, castigo el poste cruzado con un disparo inatacable. El empate restablecía el equilibrio moral pero arrojaba un balance preocupante, ya que el Arsenal había pegado muy fuerte explotando la debilidad en el eje.
Fueron diez minutos de tensión, en los que Xavi hubo de congelar la pelota sin poder elegir un camino hacia la portería inglesa, Milito multiplicó sus piernas para atajar los balones que se colaban por la frontal y Sergio intentaba proporcionar apoyos a Márquez. De este momento de indefinición, en el que cualquier desenlace era posible, surgió el astro para demostrar que a su equipo no lo estrella ni su propio entrenador.
En el periodo que trascurre del 32 al 40 desaparecieron las dudas, los esquemas, los entrenadores, y todo eso que pretende enjaular la magia en una pizarra. Messi reventó a los inflados británicos en dos zarpazos de genio. Ya a la media hora condujo hasta la pequeña, se zafó de sus marcadores y se encontró con el poste corto aun pegando con la mala. En el 35’ no falló. Recogió en el punto de penal un balón cedido por Pedro, rescatado de la disputa tras una triangulación auspiciada por el propio rosarino. Leo buscó el poste largo y batió por el corto con suavidad, poniendo límites a la extraordinaria capacidad de Almunia para cerrar los huecos.
Impactado el Arsenal pero aún esperanzado en equilibrar la balanza en una jugada especulativa, volvió el maestro a tranquilizar a Guardiola, un espectador más posiblemente, esta vez tras una pared forzada con Keita, que le abre una autopista desde la línea de medio campo hasta la frontal. Justo en la raya, Messi catapultó la pelota por encima del arquero poniendo una vez más su nombre bajo otra foto histórica. Tres a uno y poco faltó para el cuarto, que sólo lo evitó una tomada demasiado larga del genio.
El segundo tiempo pasó sin pena ni gloria impactado por las emociones de la primera. Pero la parálisis de Pep, extasiado ante las cualidades de su mejor empleado, se tornó horror al ver que su remedio anti Walcott –el tremebundo- caía lesionado. Maxwell ingresó y el veloz –nada más que eso- exterior británico no causó mayores problemas. Aunque quizá, una parte importante de ese éxito se debiera a la presencia de un creciente Yaya Touré, que fue cosiendo poco a poco las heridas del centro, permitiendo a los centrales (sobre todo a Milito) dar cobertura a las bandas.
El partido pasó de un desesperado dominio inglés, con un FCB a la espera de un contragolpe mortal, a una contienda sin definición. El FCB empezó a circular en horizontal con la mera intención de dar trabajo al rival. Nasri había bajado a la zona defensiva para armar juego, pero ni eso consiguió dar a su equipo un perfil más agresivo. El Arsenal FC sólo podía beneficiarse de los errores estratégicos de Guardiola, y hoy no se cometieron demasiados.
El fin de fiesta cayó a cuenta de Messi, que volvió a enfrentarse a dos centrales y el portero, poca cosa para quien es sin duda el mejor jugador que ha visto jugar el Camp Nou, un estadio que se inauguró en 1957. Leo pudo disparar hasta en dos ocasiones pese a la oposición de los defensores ingleses, siendo la segunda la definitiva. Con el cuatro a uno firmó el Arsenal FC su capitulación, un equipo bien dirigido y con futuro, pero que nunca debió ser rival para el FCB.
Uno por Uno
Valdés: Desocupado (7). Dio circulación a la pelota hasta que vio que esa era precisamente una de las bazas en que se basaba el plan de Wenger.
Alves: Derrochador (7). Estuvo en todas las acciones de su banda, aunque sin claridad en el centro ni en el disparo.
Abidal: Lesionado (7). El “terror” Walcott se le escapó en la ocasión que dio lugar al gol rival, pero demostró mientras estuvo en el campo que posee cualidades para dominar el completo de su banda.
Márquez: Desaforado (4). Escondido y lento. Una bicoca para el rival. Mejor será que no tenga que volver a jugar en esta temporada.
Milito: Fabuloso (8). Estuvo atento a su zona y asumió la responsabilidad en la circulación cuando el Arsenal sólo concedía el movimiento desde el eje.
Busquets: Generoso (8). Plantado en la pelea y en la pared. Ofreció salidas a los centrales en los primeros minutos y se asoció con Xavi cuando pudo recuperarse el tono de juego habitual.
Xavi: Termómetro (9). La temperatura del partido está en su capacidad para congelar la pelota. Una vez dispuso de comodidades empezó a aburrir a los mediocampistas ingleses.
Keita: Rocoso (6). A salvo de la sensacional asistencia al hueco que Messi transformó en el 3-1 poco más que batalla y balones divididos.
Messi: Dios (11). Guardiola debería darle su paga y ponerle un monumento en el recibidor de su casa. Y de paso todos los culés. El mejor.
Bojan: Luchador (7). Sin posibilidades de remate. Suplió su falta de ocasiones con pelea y recuperaciones.
Pedro: Asentado (7). Se asoció con Messi en los dos primeros goles y desarrolló su juego en todos los puestos del ataque.
Sustituciones
Maxwell: Defensivo (7). El “inmenso” Walcott no lo desbordó en ninguno de los 40 minutos que coincidieron en el campo.
Touré Yayá: Freno (8). Costó que encontrara su sentido en el campo, pero pronto supo que debía cerrar el medio del campo para permitir a Milito desplegar ayudas sobre la espalda de Maxwell.
Iniesta: Conductor (7). Aportó calma en los momentos finales, previos al cuarto gol de Messi.
Pep Guardiola: Aliviado (6). Sin Messi habría eliminado a su equipo por una decisión que nadie en su sano juicio adoptaría. Recapacitó y reforzó el medio del campo poniendo a 4 hombres cuando jugaba con dos goles de ventaja. Justo lo que debió hacer en Londres antes de sacar a su admirado Henry.
Ficha
FC Barcelona: Valdés; Alves, Abidal (Maxwell, min. 52) Márquez, Milito; Busquets, Xavi, Keita; Messi, Bojan (Touré Yaya, min. 55), Pedro (Iniesta, min. 85).
Arsenal FC: Almunia; Sagna, Clichy, Vermaelen, Silvestre (Eboué, min. 64); Diaby, Denilson; Rosicky (Eduardo, min. 73), Walcott, Nasry; Bendtner.
Goles
0-1 Bendtner, min. 17.
1-1 Messi, min. 20.
2-1 Messi, min. 35.
3-1 Messi, min. 40.
4-1 Messi, min. 88.
Arbitro: Wolfgang Stark (Ale.). TA: Denilson, Rosicky, Eboué. Arbitraje UEFA. No quiso sacar tarjetas sabedor de que el contacto era uno de los sub-argumentos del Arsenal. Empezó a amonestar a los ingleses por faltas menores con el 3-1. Sin problemas mayores. Regular.
Estadio: Camp Nou, 93.500 esp.
RESUMEN EN IMAGENES (Youtube):
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