martes, 20 de abril de 2010

FC INternazionale 3 - FCB 1 (UEFA Champions League, Semifinales, ida, 20-4-2010)



20-4-2010

UEFA Champions League, Semifinal ida

INT 3 - FCB 1


La mayor derrota cosechada en la era Pep en otro de los denominados “partido de la temporada”, quizá el más temido tras el derby del Bernabéu, ya que al choque contra el Inter de Mou le han precedido circunstancias negativas o inusuales, como el empate en Cornellá o un viaje en autobús de 12 horas. Pera una buena piedra de toque para precisar si lo del sábado tenía sus motivos en la especial mentalización que tiene el equipo con respecto a la final de Madrid y, en cualquier caso, para confirmar o descartar la diferencia existente entre ambos equipos, ya establecida en los encuentros de la previa. El arbitraje y el cansancio no dejan mucho margen para sacar conclusiones nítidas, aún a pesar de lo abultado de la derrota.

La alineación de Pep no traía sorpresas ni dibujos extraños. El debate sobre la referencia quedaba resuelto con Ibra, que se integraba en el equipo para luchar allí donde siempre se le había reprochado una escasa capacidad para resolver los grandes encuentros. El resto era el equipo que alumbraría cualquier aficionado culé. Equilibrio en la medular, magia adelante y solvencia en la zaga. En definitiva, la formación que abrió en el Emirates. Una muestra evidente de confianza en las propias posibilidades frente a un equipo que vive una transición entre el relevo de sus jugadores más veteranos (Zanetti, Samuel) y sus apuestas (Ballotelli, Sneijder).

El primer periodo no vino a desmentir las diferencias apreciables entre ambos equipos. Lo remarcable fue sin lugar a dudas la apuesta ofensiva de Mou, que alineó un centro del campo vertical, en el que Pandev y Sneider acompañaban a los pivotes defensivos Cambiasso y Motta. Diego Milito iba a dedicarse a apretar a ambos los centrales en torno a su cintura y Eto’o a causar problemas por cualquiera de las bandas. No se trataba de presionar y salir a la contra, aunque cierto es que en los primeros minutos la administración del off-side pudo evitar este tipo de apuesta. En honor de la verdad, hay que reconocer que el diseño táctico del portugués resultó atípico y distaba mucho de reconocer superioridad al rival.

A pesar de que los lombardos no desarrollaron una presión agobiante ni re metieron atrás –reservando sus energías para poder jugar con idéntica intensidad los 90 minutos- el FCB no acertó con la circulación. En algunos momentos sí que se pudo transitar por la línea de tres cuartos, pero no en una medida superior al rival. De hecho, si el gol culé llegaría en una jugada típica del Inter -jugada personal del lateral (Maxwell) que llega hasta el fondo y cede atrás al llegador (Pedro)-, el de los locales pareció concebirse en la Masía, con una circulación de fuera a dentro y continuidad al espacio libre, tras bascular a la búsqueda del hueco.

Snaijder aprovechó de los aclarados y bloqueos de Diego Milito y Pandev, y batió de disparo seco al corto desde su cómoda ubicación en la grande. Víctor la tocó pero ya derrotado sobre la línea de gol. Y no fue ésta la única oportunidad de los Interistas. Milito progresó y cruzó demasiado en el 28, antes del empate, y Eto’o probó los guantes de Valdés en el 17’. Poco segundos después se adelantaba Pedro.

El final de la primera parte pareció sugerir cierta estabilización en el juego clásico culé, contestado por un repliegue marcado de las líneas italianas, que dejaban a Milito como hombre boya a la espera de recibir un balón y conservarlo para asistir a Pandev o a Eto’o. Poco desgaste en un primer periodo en el que sólo hubo fogonazos, más a favor de la cuenta local que la visitante, que se limitó a alojar balones en la olla, la mayoría conjurados por un inmenso Lucio.

Pese a los augurios, el segundo tiempo vino cargado de desgracias para el FCB. Si juego siguió sin ajustarse, el árbitro empezó a dar motivos a quienes señalaban la coincidencia de su nacionalidad con la de José Mourinho y, sobre todo, los atacantes del Inter comenzaron a tener suerte en la intercepción.

El primero de los golpes llega en el 48, nada más producirse la reanudación, en una jugada que nace tras una falta sobre Messi que Olegario prefiere dejar impune. El Inter va desplegándose hacia el lado derecho de su ataque hasta alcanzar a Maicon, que se habilita como delantero centro batiendo a Valdés en la chica con un toque oportuno y preciso. No era para que las alarmas comenzaran a sonar de forma desaforada, e incluso el equipo reaccionó con dos jugadas casi seguidas en el 52 y en el 54, una a cargo de Messi y otra, la más clara, a cuenta de Busquets, que no pudo precisar su remate a la salida del córner.

Pero al cumplirse la hora del partido, y en una nueva interceptación, vacíos casi los depósitos de Milito y Snaijder, ambos completaron una jugada similar a la del primer gol, asistiendo Wesley al espacio libre -demasiado libre quizá para ser legal- donde Milito pudo rematar a escasos centímetros de la línea de gol. 3-1 y las cosas muy cuesta arriba para el Camp Nou.

Lo lamentable del caso es que el equipo quedó noqueado. Messi la buscó pero no tuvo ni media oportunidad de encarar con opciones. Alves se secó contra Zanetti, Xavi no pudo encontrar desmarques en un Inter muy encajado a la espera del final. El cierre de espacios coincidió con la salida de Ibra, que pudo ser solución en jugadas directas, pero Pep prefirió evitar embudos. La salida de Abidal tenía su justificación en la necesidad de asegurar repliegues veloces frente a las contras de Mou, consiguiendo evitar jugadas que podrían haber eliminado al campeón a salvo de remontadas heroicas. No hubo más cambios.

El miércoles 28 será el día. Podrá engrosar la lista de efemérides, la eliminación del Chelsea en el último minuto, el 5-2 contra éste mismo rival a finales de los noventa, el 3-0 frente al Goteborg, en los ochenta, que dio paso a la final de Sevilla... Pero también podrá suponer el canto del cisne del campeón, enfrentado hoy a un equipo inferior, conocedor de sus cualidades y bien acompañado por un arbitraje de los que uno desearía tener siempre de su lado. Si Platini quiere hacer campeón al Olympique, una de las claves sin duda radica en evitar la presencia del rival más poderoso en el Bernabéu.

Uno por Uno

Valdés: Vencido (7). Participó en la circulación con solvencia y recurrió al saque largo para evitar robos peligrosos. Fusilado en los tres goles.

Alves: Estrellado (5). Voluntarioso pero sin profundidad. Sus progresiones dieron al Inter huecos en el primero y el tercero de sus goles.

Maxwell: Irregular (7). Su asistencia se revaloriza ya que ese único gol puede dar al FCB alguna chance de enderezar esta eliminatoria.

Puyol: Burlado (6). No fue su día. La estrategia de desgaste de Milito descompuso al capitán, que acabó amonestado a petición de sus oponentes. No jugará más en esta competición en este año a no ser que sus compañeros remonten.

Piqué: Impotente (7). Mucha presencia en ataque reemplazando a Ibra de hecho. Poco preciso en su encargo como delantero. Padeció como Puyol por el juego de espaldas de Milito.

Busquets: Derrotado (5). Muy poco activo; continuamente colapsado por Motta y Cambiasso.

Xavi: Eliminado (6). Lo intentó pero no fue secundado. La estrategia de los rivales lo ha tomado como referencia.

Keita: Anodino (5). Sin llegada, disparo ni apoyos a las bandas, inexistentes hoy.

Messi: Super-responsabilizado (6). La jornada contra el Arsenal FC le ha perjudicado, al impulsarle a unos desafíos que están siempre en un nivel sobre humano. Es posible que pueda dar respuesta a este nivel de exigencia, pero no es humano ni razonable trasladarle esa presión todos los días.

Ibrahimovic: Fulminado (5). Era el peor día para retirarle confianza. Peleó contra sus viejos compañeros sin suerte, intimidado por un árbitro decidido a debilitar moralmente al FCB en las pugnas. No es justo descartarlo para colocar a Piqué de palomero.

Pedro: Salvador (7). Su gol puede ser trascendental. De hecho es ahora el único argumento para dar la vuelta a la eliminatoria.

Sustituciones

Abidal: Veloz (7). Cumplió con la obligación de cerrar huecos ante la necesidad de volcar el juego a la desesperada.

Pep Guardiola: Desbordado (6). Sin méritos se logró el gol, gracias a una jugada aislada y atípica. No llegó su equipo a matar el partido ni a dormirlo. La falta de profundidad en bandas contrasta con la fragilidad del equipo por sus lados, especialmente por la zona de Alves. Reaccionó con soluciones heroicas, similares a las que funcionaron en el Mundial de Clubes, pero quizá la suerte flaquea. Cierto que combatió contra elementos insuperables, como lo fue un arbitraje desinhibido y una cuota de sobre esfuerzo determinada por el viaje en carretera. La nube tóxica puede acabar con su reinado en Europa.

Ficha

FC Internazionale: Julio Cesar; Maicon (Chivu, min. 74), Samuel, Lucio, Zanetti; Cambiasso, Motta, Sneijder, Pandev (Stankovic, min. 57); Milito (Ballotelli, min. 75), Eto’o.

FC Barcelona: Valdés; Alves, Maxwell, Piqué, Puyol; Busquets, Xavi, Keita; Messi, Ibrahimovic (Abidal, min. 63), Pedro.

Goles

0-1 Pedro, min. 17.

1-1 Sneijder, min. 30.

2-1 Maicon, min. 48.

3-1 Milito, min. 61.

Arbitro: Olegario Benquerença (Por). TA: Eto’o, Stankovic; Busquets, Puyol, Piqué, Keita, Alves. Hizo cosas que no se ven fácilmente. Se inhibió de problemas en las áreas, sobrecargó de tarjetas al FCB y no sólo pensando en la vuelta (Puyol), ya que Alves, Sergio, Keita y Piqué van apercibidos de cara a la final de Madrid, con un partido en medio a cara de perro. La omisión de responsabilidades en las áreas y el off-side de Milito, quedó en nada cuando decidió amonestar a Puyol a demanda de los rivales o hacer lo mismo con Busquets sin previamente cobrar falta ni haber dado ley de la ventaja al Inter. Es el peor arbitraje sufrido por este equipo desde hace muchísimo tiempo. Y hay muchos motivos para sospechar de que no ha sido cosa de mala suerte.

Estadio: Giusseppe Meazza, 83.000 esp.

RESUMEN EN IMAGENES (Youtube):

http://www.youtube.com/watch?v=c4XTeu-5ML0

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