19-12-2009
Mundialito Clubes, Abu Dhabi, Final
Estudiantes LP 1 - FCB 2
Final feliz para una temporada inolvidable para los aficionados al fútbol. El equipo que más ha hecho por este deporte desde la Hungría de Puskas, el Brasil de Pelé, el Real de Di Stéfano o la Holanda de Cruiyff se ha coronado hoy en el desierto como el mejor equipo del mundo, acumulando este título a los otros cinco logrados a lo largo de 2009.
La gran gesta que supone alcanzar un éxito inédito debe mucho al talento de la plantilla y a una planificación profesional y minuciosa, pero sin duda también paga su tributo a la suerte. Sin el azar Iniesta nunca habría encontrado el agujero imposible en Stanford Bridge, Pinto no habría detenido aquel penalty en Mallorca ni hoy Pedro encontraría otro hueco para inscribir su nombre en el templo de los elegidos. La mala suerte de Berna en el 61, de Sevilla en el 86, de otras tantas ocasiones, quiso hoy pasar de largo para dar su alternativa al suspense.
El partido tuvo una historia que es la propia de las finales. En estas nunca hay enemigo pequeño. La especial motivación que supone pelear contra un rival acreditado dio alas al Atlante el miércoles y hoy sopló las velas del Estudiantes, un equipo mucho más compuesto que el mexicano, dicho sea de paso. El inicio puso encima de la mesa un choque que enfrentaba el cálculo contra el músculo, y ello a pesar de la ausencia obligada de uno de los cerebros más acreditados del fútbol mundial, como lo es Andrés Iniesta. Sobre el terreno, el FCB acusaba la presión en la salida de pelota, pero aún así pudo inaugurar el marcador en una progresión de Xavi por su carril preferido, culminada con una asistencia demasiado adelantada para Ibra y Henry.
Desde el minuto 8 al polémico 32, en el que el árbitro mexicano Archundia prefirió evitar la trágica decisión de cobrar un penalty/expulsión sobre Xavi, el Estudiantes alcanzó en alguna ocasión aislada las inmediaciones de Víctor, incluso con cierto peligro (Verón), pero no parecía dar muestras de trasladar esos latigazos al marcador.
Pero, cosas del juego, llegado el 36 el FCB se encontró con un gol fuera de programa fruto de una acción aislada. Dani permitió un centro sobre el ariete argentino, que bordeando la línea del fuera de juego llegó a colocar un testarazo sobresaliente sobre el corto de Valdés. Ni Puyol ni Abidal pudieron impedir la acción, fruto del acierto de Boselli -excelente al remate- y de una cierta relajación en el momento de cegar el paso de balones sobre la olla.
Gol en un minuto peligroso y 55 más para dar una voltereta que parecía no demasiado factible. El equipo podría haber agotado su suerte en las anteriores ocasiones en las que sí había remontado goles en contra (Dynamo Kiyv, Depor, Atlante); faltaba Iniesta, un hombre de los que da alternativas imposibles al juego, y enfrente estaba un rival de los que saben administrar ventajas cortas, dirigido magistralmente por un Verón incombustible, estimulado por el reto de repetir 41 años después la gesta de su padre en este mismo campeonato. En aquella ocasión el triunfo fue a costa del Manchester United de Bobby Charlton.
La segunda parte se inspiró en un guión previsible. Salida a tumba abierta de un FCB sabedor de que la oportunidad de una sexta corona nunca volverá a darse y un Estudiantes agazapado, prudente, pero con el cuchillo entre los dientes a la espera de un contragolpe definitivo.
Archundía se acordó de las tarjetas y comenzó a mostrarlas a los combativos centrocampistas argentinos. Mientras, el FCB prefería orientar la circulación hacia la banda izquierda, sin que Henry diera demasiados motivos para insistir en ello; Messi siempre estaba rodeado de contrarios e Ibra malgastaba neumáticos en recorrer de punta a cabo todo el campo del rival, desde la medular a la línea de fondo. Para colmo de males, Xavi no encontraba socios.
Aun así no escasearon las oportunidades. Ninguna de ellas clamorosa, pero sí suficientes como para equilibrar el marcador. Las tuvieron Ibra (47), Henry (51), Pedro, que no alcanza una asistencia mortal de Ibra en el minuto 58 -a lo que hay que añadir un remate impreciso en el 61-. La serie de oportunidades tirando de repertorio se cierra con un remate escorado de Ibra ante Albil a pase de Xavi (min. 78).
Tras ese último intento Pep dio refresco a su equipo como si previera la posibilidad de una continuación, incorporando a Touré por Busquets y a Jeffren -Bojan debe estar pensando de todo- por el intrascendente Henry. Pero para jugar la prórroga, claro está, era necesario algo más que trabajo.
Y cuando el equipo ya se abonaba a la heroica, absolutamente entregado a la tensión del momento y quizá más de un culé veía ante sí reflejado el pesimista dicho de que la felicidad nunca puede ser completa, la fortuna se puso del lado del más apuesto, como en el buen cine de género.
El empate cuadró en una jugada propia de equipo británico. En un gol de los que suelen cantarse a docenas en estadios como San Mamés o Anfield. Balón que se cuelga sobre la frontal, Piqué abusa de su autoridad sobre los centrales rivales y habilita a Pedro. El tinerfeño pudo esperar a que la pelota cayera sobre su pie derecho pero decidió continuar con el juego aéreo y colocó su frente debajo del balón, dirigiendo su trayectoria en vaselina al fondo de la red. Gol, empate, piña de jugadores en el córner, como en Londres. Todo ya era posible, y además estaba claro que ocurriría. El Barça de Stanford Bridge (Iniesta, en el 92), el Barça del Friztwalter-Stadion (gol de Bakero en 1992), el de París en 2006 (Eto’o), volvía a aparecer en el Zayed Sports de Abu Dhabi. En todas esas ocasiones nadie dudó de la justicia de ese premio.
La prórroga se transformó en un enfrentamiento ya desigual en el que Estudiantes -como ya hiciera el Shaktar Donetz en agosto- buscaba hacerse con todos los boletos para el sorteo de los penalties, temiendo que esa sería su única esperanza de alzarse con el triunfo. Retrasó sus líneas y procuró evitar la circulación sobre su área. No tuvo el FCB más que posesión, pero alejada del marco. Probó con algunas faltas (Ibra/Alves) sin suerte. El rival no daba muestras de optar al contragolpe.
La segunda parte de la prórroga, como en Wembley, y casi en el mismo 111 que vio a Koeman batiendo a Pagliuca, Alves desplazó sobre la zona de remate en un calco de lo que fuera el gol de Boselli en la primera parte. La pelota iba desfalleciendo en su vuelo, pero es que el rematador no tenía que alzarse sobre los centrales, simplemente tenía que adelantarse a ellos y a la salida del portero. Y ahí, en ese sublime momento, apareció el escudo del Barça pegado a la camiseta del mejor jugador del mundo para resolver de una vez y por todas la duda sobre cuál es el mejor equipo de la Historia.
De ahí al final nada más que destacar. El FCB se encerró a esperar su cita con la gloria; Estudiantes inquietó a balón parado, pero nadie en el mundo a salvo de los hinchas de la Plata quería que ocurriera nada más. Hasta el propio Archundia cobró un off side inexistente a Boselli cuando el ariete remataba franco sobre Valdés. El meta, por si acaso, se empleó a fondo desviando la pelota hacia la nada.
Las lágrimas de Guardiola, del hombre milagro, del hombre del que nada se esperaba y con el que el FCB ha logrado todo, demuestran que detrás del éxito no hay suficiencia ni impostura. Es el triunfo de una idea, de una forma de hacer las cosas. De la geometría sobre el azar. Pero con ayuda de la suerte. Si es que ello es posible.
Uno por Uno
Valdés: Intenso (10). Si necesita un portero para un final llévese a Víctor. Es muy posible que si la gana eso lo deba a una intervención inverosímil del de Hospitalet.
Alves: Obstinado (10). Sube la banda, mil veces si es necesario, y aunque lo tenga que intentar hasta el minuto 110, acabará por encontrar un socio que la empuje.
Abidal: Contundente (10). Da cobertura a las subidas de balón por parte de los centrales y sigue creciendo como carrilero. Acabará siendo un seguro en su banda.
Piqué: Lujo (10). El mejor central del mundo para los próximos 10 años. Nadie se atreve a discutir su control del juego aéreo. Ni en su área ni en la ajena.
Puyol: Corazón (10). Es la encarnación del sacrificio y del temple en la administración del fuera de juego; un lance vital para que el equipo circule en corto.
Busquets: Cemento (10). La pared más ubicua que existe en el futbol mundial. Sirve para apoyar la circulación que inicia Xavi, tanto como para detener el avance del rival.
Xavi: Magistral (10). El mejor amigo del balón. Lo custodia entre miles de enemigos esperando el momento de cederlo en asistencia o de continuar en la posesión.
Keita: Rocoso (10). Aporta plomo en la medular equilibrando las batallas sordas del medio del campo. Ha arriesgado su participación en la Copa Africa por estar en esta cita.
Messi: Estelar (10). Es la filigrana, la llave a un mundo en el que sólo juega él. El hombre al que eligieron los dioses del fútbol para hacer eterno a este FC Barcelona.
Ibrahimovic: Inagotable (10). Ocupa a la vez todas las posiciones del ataque, dando alternativas a los llegadotes, apoyando a la circulación y estirando los centrales.
Henry: Intimidador (10). Ya no será el que fue, pero los seis títulos no habrían sido posibles sin su clase y sus goles. Un enorme broche a la carrera de un superclase.
Sustituciones
Pedro: Mágico (10). Imprescindible. Protagonista de la supercopa de España, de la de Europa y del Mundialito de Clubes. 4 goles para la Historia.
Touré: Mármol (10). Inabordable cuando maneja la pelota. Impresionante cuando avanza hacia el marco. Valladar en la contención.
Jeffren: Combativo (10). Seguro de sí mismo. Repleto de técnica y de descaro.
Pep Guardiola: Inmortal. (10). Samitier, Kubala, Cruyjff y Guardiola. El primero hizo posible Les Corts. El segundo lo dejó pequeño. El tercero trajo la Copa de Europa al Camp Nou. El último puso el mundo entero a los pies del FC Barcelona.
Ficha
FCBarcelona: Valdés; Alves, Abidal, Piqué, Puyol; Busquets (Touré, min. 79), Xavi, Keita (Pedro, min 46); Messi, Ibrahimovic, Henry (Jeffren, min. 83).
Estudiantes de la Plata: Albil; Rodríguez, Re (Rojo, min. 90), Cellay, Desábato; Verón, Braña, Benítez (Sánchez, min. 76), Pérez (Núñez, min. 79); Díaz, Boselli.
Goles
1-0 Boselli, min. 36.
1-1 Pedro, min. 89.
1-2 Messi, min. 109.
Arbitro: Benito Archundia (Mex.). TA: Messi, Henry, Pedro, Valdés; Díaz, Rodríguez, Pérez, Desábato, Rojo, Braña. Clásica final con un árbitro de nivel insuficiente. Se encogió en los momentos máximos del partido. Pródigo con las tarjetas pero tímido en el momento de afrontar las expulsiones. Puede irse a su casa presumiendo de haber amonestado a Messi. Incalificable.
Estadio: Zayed Sports City, 45.000 esp.
RESUMEN EN IMAGENES (Youtube):
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