
(Foto Manu Fernández, AP)
28-8-2009
Super Copa Europa
FCB 1 - Shaktar Donetsk 0
Super Copa Europa
FCB 1 - Shaktar Donetsk 0
El Barça de las Cinc Copes (1952) ha sido igualado por fin. En este año 2009, Pep Guardiola, uno de los pocos canteranos que ha tenido el honor de entrenar al club, ha igualado numéricamente el palmarés de Ferdinand Daucik, aunque posiblemente los éxitos del primero sean cualitativamente más importantes que los del cuñado de Kubala. El remate final espera en diciembre, con el Mundialito de clubes.
El partido no tuvo demasiada historia, aparte de la épica de cualquier final europea. Una primera parte previsible, en la que un equipo disciplinado y con orden táctico renunciaba a crear fútbol, y otro, amparado por su proverbial confianza, recitaba un monólogo de fútbol en el que se intentó de todo. Hay que precisar que, aun y a costa de la enorme diferencia en los números, el excedente en la posesión del FCB no se materializó en los habituales rondos, ya que a estos se le añadieron desplazamientos largos desde la portería a la zona central del ataque. Un recurso al juego directo que no se recordaba desde los tiempos de Kluivert y Van Gaal.
Es prudente afrontar una final sin mayores riesgos, sobre todo después de haber perdido la última Supercopa de Europa por despistes en la primera parte. Guardiola no deseaba accidentes evocatorios de fracasos sonoros, aun frescos en la memoria de no pocos de los que hoy eran titulares. Y más aún cuando el desplazamiento largo exige al rival unas precauciones añadidas a las que impone la conducción del balón.
El balance de la primera parte no arrojó significativas aproximaciones a puerta. Poco más allá de una falta lanzada por Messi y que se atascó a causa de una acción ilegal que debió sancionarse con penalti. Es difícil explicarse cómo dos árbitros –el principal y el asistente de banda derecha- no alcanzan a ver un codo alzado por encima del techo legal de la barrera.
El primer cuarto de hora de la reanudación vio un FCB más volcado sobre la conducción, menos insistente sobre las bandas, pese a alguna incursión de Alves a medio recorrido. Messi protagonizó este periodo, actuando como media punta, empujando al rival a defender en su propio campo. Esa recuperación del discurso central por parte del FCB facilitó las cosas al Shaktar, que se enfrentaba ya al plan previsto desde el inicio. Esto es, presión sobre las autoridades del plantel blaugrana, cohesión de líneas y ver pasar los minutos. La tónica se mantuvo ya a lo largo de la segunda parte, hasta que en el minuto 80 Lucescu decidió a cambiar algunas piezas en su equipo, una estructura defensiva absolutamente despreocupada por el marco de Valdés.
El partido agotó su extensión ordinaria sin albergar otra cosa que las intentonas heroicas de Messi por el centro y algún disparo desde fuera del área. El Shaktar puso algún reparo con contraataques al medio tiempo, algunos culminados por faltas laterales que no inquietaron al FCB, lo que supone una evidente mejoría con respecto a otros ejercicios.
En suma, fracaso en el juego directo, esterilidad por las bandas y poca suerte en las jugadas individuales, normalmente promovidas por Messi a base de talento y persistencia en el choque.
El retorno tras la prórroga igualaba los argumentos de ambos equipos. Si durante los 90 minutos apenas se dieron imprecisiones en la salida de balón azulgrana, los primeros compases del tiempo agregado cobijaron varias situaciones complicadas. Incluso, el Shaktar se animó a adelantar sus líneas para proporcionar balones digeribles al recién ingresado Agwahowa, quien tuvo alguna oportunidad no demasiado definida pero cercana al uno contra uno.
Ya el minuto 100, en el que Guardiola agotó sus cambios, el FCB acumuló dos oportunidades tirando de individualidades. Una por parte de Bojan, que a base de correr se colocó en el pico del área pequeña forzando un córner, y otra a cargo de Dani, que disparó con cierta comodidad desde la frontal ajustado al palo derecho. A pesar de ello, parecía evidente que la final la decantaría un golpe de suerte; el tiempo había borrado la mayor parte de las diferencias que separan a ambos equipos antes de salir al campo.
El calor, un campo desastroso, la pretemporada y, sin lugar a dudas, la presión propia de una final, mediatizaban la contienda en la segunda parte de la prórroga, factores que se agrandaban remitiendo a un segundo plano el talento y la disposición táctica. Las caídas en el área al mínimo contacto, una por equipo, daban cuenta del cansancio acumulado por ambos contendientes. El juego del FCB empezó a ser más conservador, el desplazamiento de la pelota era posible pero estéril al faltarle velocidad. El Shaktar combinaba aventuras individuales con su plan inicial, empeñado en apuntarse a la lotería de los penalties.
Y en esas apareció la combinación, la magia, la suerte quizá y, ante todo, Pedro. El hombre de la pretemporada progresó desde la banda hacia el centro, combinó con Messi, y éste mejoró el balón alojándolo en el punto de castigo pasándolo por debajo de los dos centrales. Allí, Pedrito culminó con un disparo raso al hierro largo. Gol, minuto 115, y a mover el pelotón de parte a parte. Sólo una imprecisión en el rondo final provocó un susto resuelto por Valdés, que conjuró un disparo en vaselina a cargo de Kobin. La apuesta conservadora no tuvo éxito esta vez; es seguro que no siempre será así, pero hoy toca seguir sumando.
El partido no tuvo demasiada historia, aparte de la épica de cualquier final europea. Una primera parte previsible, en la que un equipo disciplinado y con orden táctico renunciaba a crear fútbol, y otro, amparado por su proverbial confianza, recitaba un monólogo de fútbol en el que se intentó de todo. Hay que precisar que, aun y a costa de la enorme diferencia en los números, el excedente en la posesión del FCB no se materializó en los habituales rondos, ya que a estos se le añadieron desplazamientos largos desde la portería a la zona central del ataque. Un recurso al juego directo que no se recordaba desde los tiempos de Kluivert y Van Gaal.
Es prudente afrontar una final sin mayores riesgos, sobre todo después de haber perdido la última Supercopa de Europa por despistes en la primera parte. Guardiola no deseaba accidentes evocatorios de fracasos sonoros, aun frescos en la memoria de no pocos de los que hoy eran titulares. Y más aún cuando el desplazamiento largo exige al rival unas precauciones añadidas a las que impone la conducción del balón.
El balance de la primera parte no arrojó significativas aproximaciones a puerta. Poco más allá de una falta lanzada por Messi y que se atascó a causa de una acción ilegal que debió sancionarse con penalti. Es difícil explicarse cómo dos árbitros –el principal y el asistente de banda derecha- no alcanzan a ver un codo alzado por encima del techo legal de la barrera.
El primer cuarto de hora de la reanudación vio un FCB más volcado sobre la conducción, menos insistente sobre las bandas, pese a alguna incursión de Alves a medio recorrido. Messi protagonizó este periodo, actuando como media punta, empujando al rival a defender en su propio campo. Esa recuperación del discurso central por parte del FCB facilitó las cosas al Shaktar, que se enfrentaba ya al plan previsto desde el inicio. Esto es, presión sobre las autoridades del plantel blaugrana, cohesión de líneas y ver pasar los minutos. La tónica se mantuvo ya a lo largo de la segunda parte, hasta que en el minuto 80 Lucescu decidió a cambiar algunas piezas en su equipo, una estructura defensiva absolutamente despreocupada por el marco de Valdés.
El partido agotó su extensión ordinaria sin albergar otra cosa que las intentonas heroicas de Messi por el centro y algún disparo desde fuera del área. El Shaktar puso algún reparo con contraataques al medio tiempo, algunos culminados por faltas laterales que no inquietaron al FCB, lo que supone una evidente mejoría con respecto a otros ejercicios.
En suma, fracaso en el juego directo, esterilidad por las bandas y poca suerte en las jugadas individuales, normalmente promovidas por Messi a base de talento y persistencia en el choque.
El retorno tras la prórroga igualaba los argumentos de ambos equipos. Si durante los 90 minutos apenas se dieron imprecisiones en la salida de balón azulgrana, los primeros compases del tiempo agregado cobijaron varias situaciones complicadas. Incluso, el Shaktar se animó a adelantar sus líneas para proporcionar balones digeribles al recién ingresado Agwahowa, quien tuvo alguna oportunidad no demasiado definida pero cercana al uno contra uno.
Ya el minuto 100, en el que Guardiola agotó sus cambios, el FCB acumuló dos oportunidades tirando de individualidades. Una por parte de Bojan, que a base de correr se colocó en el pico del área pequeña forzando un córner, y otra a cargo de Dani, que disparó con cierta comodidad desde la frontal ajustado al palo derecho. A pesar de ello, parecía evidente que la final la decantaría un golpe de suerte; el tiempo había borrado la mayor parte de las diferencias que separan a ambos equipos antes de salir al campo.
El calor, un campo desastroso, la pretemporada y, sin lugar a dudas, la presión propia de una final, mediatizaban la contienda en la segunda parte de la prórroga, factores que se agrandaban remitiendo a un segundo plano el talento y la disposición táctica. Las caídas en el área al mínimo contacto, una por equipo, daban cuenta del cansancio acumulado por ambos contendientes. El juego del FCB empezó a ser más conservador, el desplazamiento de la pelota era posible pero estéril al faltarle velocidad. El Shaktar combinaba aventuras individuales con su plan inicial, empeñado en apuntarse a la lotería de los penalties.
Y en esas apareció la combinación, la magia, la suerte quizá y, ante todo, Pedro. El hombre de la pretemporada progresó desde la banda hacia el centro, combinó con Messi, y éste mejoró el balón alojándolo en el punto de castigo pasándolo por debajo de los dos centrales. Allí, Pedrito culminó con un disparo raso al hierro largo. Gol, minuto 115, y a mover el pelotón de parte a parte. Sólo una imprecisión en el rondo final provocó un susto resuelto por Valdés, que conjuró un disparo en vaselina a cargo de Kobin. La apuesta conservadora no tuvo éxito esta vez; es seguro que no siempre será así, pero hoy toca seguir sumando.
Uno por Uno
Valdés: Sereno (8). Un partido frío, muy malo para cualquier portero, comenzó su trabajo a partir de la prórroga, y siempre lo resolvió con sobriedad.
Alves: Rematador (6). No demasiada aportación al juego por banda. Incursiones por el centro que culminaron con disparos. Sin trabajo en defensa.
Abidal: Recuperado (6). Dio continuidad a la banda izquierda y cerró agujeros tras su espalda. La presión de Maxwell empieza a dar frutos.
Puyol: Crecido (8). Resolvió tres situaciones de último defensor sin siquiera sembrar la duda del penalty. El mejor de la zaga.
Piqué: Expeditivo (6). No se le permitió dar salida al balón, pues sus rivales ajustaron un marcaje especial. Evitó pérdidas recurriendo al balonazo, que en este Barça puede considerarse un recurso ofensivo gracias a las espaldas de Ibra.
Touré: Faro (6). Guardaespaldas de Xavi en un partido en el que Lucescu había decidido aburrir al de Tarrasa. Era importante barrer cualquier balón perdido en la batalla del centro del campo. Cumplió.
Xavi: Incómodo (6). Eclipsado de forma deliberada por un ejercicio concienzudo de antifútbol. Acabó renqueante pero concursó de forma esencial en el proceso de congelación de la pelota tras el gol de Pedro.
Keita: Vencido (5). Ni aportó cosas significativas en ataque ni pudo ayudar en la conducción. No era día para lanzadores ni para llegadores. Junto con Xavi el más perjudicado por el esquema de Lucescu.
Keita: Vencido (5). Ni aportó cosas significativas en ataque ni pudo ayudar en la conducción. No era día para lanzadores ni para llegadores. Junto con Xavi el más perjudicado por el esquema de Lucescu.
Messi: Genio (9). Nuevamente el mejor. La casta que empieza a demostrar le impulsa a asumir jugadas imposibles. Mantuvo al Shaktar a raya con incursiones desde la zona fría a la caliente. La aportación culminante fue una asistencia entre los dos centrales del rival, magníficamente aprovechada por Pedrito.
Henry: Lento (6). Demasiado exquisito en la conducción, lo que facilita el trabajo a sus marcadores. Sin remate y sin posibilidades de desmarque. Había demasiadas cosas en su contra.
Ibrahimovic: Ariete (5). Sigue sin aportar más que un buen posicionamiento. Su presencia propicia salidas expeditivas del balón, dando protagonismo y comodidades a Valdés y a Piqué. Aun en periodo de adaptación.
Bojan: Participativo (6). Volvió a crear peligro tras ingresar en el campo. Se añadió a Messi en las aventuras en solitario y obligó al Shaktar a cubrir sus flancos.
Busquets: Recambio (6). Nuevamente entró para ayudar a Xavi en la última fase del partido. Garantizó la conservación del balón aun y a pesar del cansancio.
Pedrito: Oportunista (7). Clavó la única oportunidad clara del partido. Mucho temple dada su juventud y la altura de la cita. El hombre de la pretemporada.
Pep Guardiola: Triunfador (10). Se enfrentó al riesgo de romper una racha triunfadora en un momento psicológicamente significativo. Insiste en su propuesta, aunque tomando ciertas precauciones que afectan negativamente a la espectacularidad -confiada ésta al talento de Messi-. A cambio asegura una gestión responsable de las tareas defensivas. Enhorabuena.
Ficha
FC Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Touré (Busquets, min. 100), Xavi, Keita; Messi, Ibrahimovic (Pedro, min. 80) y Henry (Bojan, min. 95).
Shaktar Donetsk: Pyatov; Srna, Chygrinskiy, Kucher, Rat; Hubschman, Gai (Kobin, min. 80), Ilsinho, William (Aghahowa, min. 93); Fernandinho (Jadson, min. 80), Luiz Adriano.
1-0, min.115: Pedro.
Arbitro: Frank De Bleckeere (BEL). TA: Ilsinho, Srna, Kucher, Kobin, Messi y Pedrito. Se discutió en las áreas, sobre todo a causa de unas manos que tuvieron lugar tras el lanzamiento de un libre directo protagonizadas por un hombre de la barrera. Sacó las tarjetas al final del partido. Desempeño insuficiente para lo que se supone una final europea.
Estadio: Luis II, Mónaco, 18.000 esp. Césped en un estado lamentable.
RESUMEN EN IMAGENES (Youtube):
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